20 años de innovación digital en restaurantes y lo que viene
- Food Business

- 15 sept
- 2 Min. de lectura
En 2005, una simple acción marcó el inicio de una revolución.

La abuela de un joven cliente envió un mensaje de texto para pedir su café en un pequeño local de New Haven, Connecticut. Ese pedido, gestionado por la entonces naciente plataforma Olo, fue uno de los primeros “órdenes móviles” en la historia de los restaurantes. Lo que parecía un gesto futurista se convirtió en el punto de partida de dos décadas de transformación digital.
La idea de “ordenar, pagar y recoger sin hacer fila” nació del deseo de ahorrar tiempo, pero rápidamente se convirtió en un motor de innovación para toda la industria. Desde entonces, los restaurantes han visto cómo las tecnologías se integraron sin fricciones: los sistemas de cocina digital reemplazaron los tickets de papel, mejoraron la comunicación interna y aumentaron la precisión de los pedidos. En el área de servicio, las reservas pasaron de libretas escritas a plataformas que predicen tiempos de espera y hasta registran preferencias de los clientes.
El reto de la pandemia
La pandemia de 2020 aceleró ese proceso de manera drástica. De un día para otro, lo digital dejó de ser una opción y se volvió cuestión de supervivencia. Los menús con códigos QR, los pagos sin contacto y los pedidos en línea se transformaron en la norma. Aquellos negocios que ya habían apostado por la digitalización pudieron adaptarse rápido y mantener el vínculo con sus clientes incluso con los comedores cerrados.
Hoy, las cifras muestran que solo un 18 % de las ventas de restaurantes en los Estados Unidos son digitales. Lejos de ser una limitación, esto representa un campo enorme por conquistar: el 82 % restante sigue siendo transacción anónima, sin datos sobre hábitos o preferencias. Cuando cada compra, sea en persona o en línea, quede registrada digitalmente, los restaurantes podrán conocer mejor a sus clientes y ofrecer experiencias personalizadas: saber qué leche prefiere un visitante habitual en su café, qué familia suele cenar los domingos o quién siempre pide salsa extra.
El futuro
La industria entra en una nueva etapa marcada por la inteligencia artificial y la automatización. Los chatbots ya responden preguntas, toman pedidos y recomiendan platos. En la cocina, la robótica promete optimizar tareas repetitivas como freír, ensamblar hamburguesas o preparar bebidas, mientras que los sistemas de analítica ayudan a predecir la demanda y reducir desperdicios.
El futuro entonces apunta hacia una industria más conectada, capaz de usar los datos para fortalecer la relación con cada comensal. El camino recorrido en estas dos décadas ha sido impresionante, pero aún estamos en los primeros pasos de un viaje que continuará “siempre hacia arriba”, como resume la palabra latina excelsior que inspira a Olo y a muchos innovadores del sector.






















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