Conoce la nueva tendencia: raw food
- Yanira Hernández Cabiya
- 8 jun
- 3 Min. de lectura
El raw food es una nueva tendencia gastronómica que buscar dar sabor, salud y sostenibilidad al menú

Algo está cambiando en nuestras mesas. Cada vez son más los que miran su plato con ojos curiosos, preguntándose no solo qué están comiendo, sino de dónde viene, cómo se preparó, y qué tanto bien —o daño— le hace a su cuerpo. En medio de esta revolución silenciosa, el raw food, o comida cruda, empieza a ganar terreno. Y no, no estamos hablando solo de ensaladas tristes ni de comer zanahorias como conejos, sino que emplea una amplia variedad de técnicas culinarias, la mayoría muy sencillas aunque a veces poco conocidas, como:
Maceración
Fermentación
Molienda de frutos secos y semillas
Diferentes técnicas de corte
Deshidratación
Germinación
Extracción en frío o Cold Press (Técnica empleada para la elaboración de zumos verdes.
Esta tendencia celebra lo esencial: alimentos frescos, vivos, llenos de color y nutrientes. Se trata de preparar platos sin superar los 42°C, para que las enzimas, vitaminas y sabores naturales permanezcan intactos. ¿El resultado? Comidas que no solo nutren, sino que también sorprenden al paladar. Y lo mejor: no hace falta ser vegano o gurú de la vida saludable para disfrutarlo.
¿Qué alimentos incluye la dieta crudívora o raw-food?
Si bien es cierto que la mayor parte de los seguidores del crudivorismo son vegetarianos o veganos, también existen perfiles omnívoros. Estos serían los distintos tipos dentro de la corriente del crudivorismo y los alimentos que característicos dentro de cada opción:
Dieta cruda vegana: Suele ser la opción más común. Limita sus elecciones de alimentos a alimentos que son tanto crudos como veganos (no de origen animal).
Dieta cruda vegetariana: Al igual que otras dietas vegetarianas, este tipo excluye la carne, el pescado y las aves, pero puede permitir —dependerá de cada caso—los huevos, los lácteos o ambos.
Dieta cruda omnívora: En esta opción, menos frecuente, se puede comer todo tipo de alimentos de origen vegetal y animal incluida la carne de cualquier origen, pescado y es, por tanto, la variante que más riesgos asume en el terreno de la seguridad alimentaria.
Lo más emocionante del raw food es su creatividad. Aquí no hay fuegos altos ni frituras. En cambio, se juega con marinados cítricos, fermentaciones caseras, deshidratados crujientes y texturas inesperadas. ¿Una lasaña sin pasta ni horno? Claro que sí, con láminas de zuchinni, crema de pajuil y pesto fresco. ¿Un cheesecake sin queso ni cocción? También. Pura magia hecha con nueces, coco, dátiles y mucho amor.
Ahora bien, si tienes un restaurante, esto no significa que tengas que darle la vuelta al menú. No se trata de cambiarlo todo, sino de abrir la puerta a una nueva forma de cocinar y conectar con tu clientela. Aquí van tres ideas sencillas y sabrosas:
Añade platos raw como entrada o snack saludable. Un gazpacho con melón, un ceviche de mangó y aguacate, o unos rolls de alga nori rellenos de vegetales vivos pueden ser una delicia inesperada.
Capacita a tu equipo. Hay un mundo fascinante detrás del raw food, y entender sus técnicas despierta creatividad. La cocina se convierte en un laboratorio de vida.
Cuenta la historia. No subestimes el poder de una buena narrativa en el menú. Cuando los comensales entienden el “por qué” de un plato, lo disfrutan con más conciencia —y suelen volver por más.
El raw food no es una moda pasajera. Es una forma de reconectar con lo esencial, de comer con intención y de ofrecer algo distinto en un mundo saturado de lo procesado. Pudiera ser una buena alternativa pero hay que estudiar bien la propuesta. De todas formas, si estás buscando una manera de renovar tu propuesta gastronómica, atraer a un público más consciente y aportar valor con cada plato… tal vez sea momento de mirar menos el horno y más la tierra.
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