"Modo Benito": Cómo montarse en la ola de la Residencia de Bad Bunny
- Yanira Hernández Cabiya
- 15 jul
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 jul

Puerto Rico está viviendo un fenómeno cultural sin precedentes. La anunciada residencia de Bad Bunny —una serie de 30 presentaciones del artista en el Choliseo en el Hato Rey — no solo ha sacudido al mundo del espectáculo, sino que ha abierto una ventana de oportunidades para múltiples sectores económicos. En especial, para la industria gastronómica.
La pregunta clave no es si se puede capitalizar esta ola, sino cómo montarse en ella con autenticidad, creatividad y visión comercial, un área en la que Benito y su equipo han demostrado ser líderes.
La comida como vehículo de experiencia
Los consumidores de hoy no solo buscan alimentarse; buscan vivencias memorables. Y pocas figuras encarnan tanto el espíritu de lo local, lo global y lo auténtico como Bad Bunny. Su marca personal mezcla lo urbano con lo nostálgico, lo popular con lo sofisticado. Esto se traduce en una oportunidad para que restaurantes, barras y cafés adapten menús, ambientes y promociones que conecten con esa narrativa.
Ya hemos visto ejemplos virales: cocteles llamados “Ojitos Lindos”, menús de brunch con nombres como “Un Verano Sin Tí”, e incluso hamburguesas con pan rosado en honor al icónico estilo del artista. Pero más allá de la moda, lo que realmente genera tracción es crear propuestas bien ejecutadas, con sentido estético y calidad culinaria.
Turismo gastronómico + cultura pop
La residencia de Bad Bunny no es solo un evento musical; es un imán turístico. Muchos visitantes —locales y del extranjero— llegarán a la isla buscando sentir lo que Benito siente. Y aquí la gastronomía juega un rol esencial.
Experiencias temáticas, como menús degustación inspirados en sus discos, o cenas con música en vivo de covers urbanos, pueden convertirse en eventos atractivos. Lo ideal es diseñarlos con intención y estrategia: pensar en alianzas con hoteles, transportistas o guías turísticos que posicionen tu local como parte del “Benito Tour” no oficial.
Marketing con sazón boricua
Desde el punto de vista promocional, esta es la excusa perfecta para refrescar la imagen de marca, reconectar con las audiencias jóvenes y jugar con contenidos creativos. Una campaña en redes puede incluir:
Hashtags personalizados como #ModoBenitoPR o #ComeComoBenito
Descuentos por venir vestido en “flow urbano”
Concursos de TikTok con coreografías en el restaurante
Ediciones limitadas de merch gastronómico, como vasos, servilletas o camisetas con frases inspiradas en sus canciones (siempre cuidando los derechos de autor)
Alianzas y colaboraciones
Las oportunidades también están en la colaboración. Marcas de bebidas, chefs emergentes, influencers y artistas gráficos pueden crear sinergias para producir experiencias pop-up, productos de temporada o series de eventos. El fenómeno Bad Bunny permite unir cultura, comercio y comunidad en formas antes impensables.
En resumen: esto no es solo música, es una ola cultural
La residencia de Bad Bunny es un recordatorio de que el poder de una figura cultural puede derramarse en toda la economía. Para el sector gastronómico, significa visibilidad, tráfico, contenido y ventas. Pero también exige inteligencia: no se trata de copiar por copiar, sino de aportar valor desde la identidad de cada marca.
Así que, si eres parte de la industria de alimentos y bebidas, aprovecha esta ola con sabor local, buena vibra y visión empresarial. Porque en el negocio de la comida, como en la música, el que se reinventa… se queda.





















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